Es una precursora, la que abrió la puerta a la igualdad. Y no es para menos que Jessica Millamán sienta un orgullo enorme por el logro que la tuvo como principal protagonista.
Jessica Millamán, la mujer trans que cambió las leyes en el hockey sobre césped. Un deporte que mundialmente respeta la Ley de Identidad de Género desde 2015.
Su lucha por jugar en una liga profesional empezó en Chubut, su provincia natal, cuando volvió a practicar la actividad a los 27 años. Hacía 12 años que se había ido de su casa y había pasado por mucho, inclusive tuvo que prostituirse para subsistir. La Asociación Amateur de Hockey sobre Césped y Pista del Valle le negaba la posibilidad de ficharla en Germinal de Rawson argumentando que existían «diferencias físicas». Finalmente, la Justicia ordenó que la dejaran jugar. Ella ya tenía su DNI como mujer.
«Al principio no caía de lo que había hecho, hoy estoy totalmente orgullosa de haber aportado un granito de arena para el colectivo LGBTIQ+ hacia una verdadera inclusión en el deporte. Estoy feliz de la vida de haber sido la protagonista», aseguró Millamán.
Jessica Millamán, la mujer trans que cambió las leyes en el hockey sobre césped
Desde noviembre de 2015, la Confederación Argentina de Hockey adoptó los lineamientos del Comité Olímpico Internacional (COI) sobre Cambio de Sexo e Hiperandrogenismo. Aquellas personas que cambien de sexo masculino a femenino «son elegibles para competir en la categoría femenina», afirma el COI, con algunas condiciones: entre otras, que el atleta haya declarado que su identidad de género es femenina y que su nivel de testosterona total en suero esté por debajo de los 10 nmol/L durante al menos de 12 meses antes de su primera competencia.
«El hockey es el deporte que más amo. Este año me iba a anotar en algún club para competir pero me agarró la pandemia. Lo empecé a jugar desde chica porque mis hermanas lo practicaban y a los 10 años dejé porque no me sentía identificada con los varones. También hacía patín a escondidas, porque estaba en una familia muy machista e ignorante, donde el patín y el hockey eran para las mujeres, y el fútbol para los varones. Retomé de grande, con varias cosas resueltas, con el apoyo de mi familia y cuando me llegó el documento de identidad de mujer», relató Jessica.
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