“París golden city”. Así presentó el PSG el homenaje a Lionel Messi y al arquero Gianluigi Donnarumma, grandes protagonistas de la última gala del Balón de Oro. La Pulga, de 34 años, obtuvo su séptimo galardón a mejor jugador de la temporada. El italiano fue ungido como el arquero top. En consecuencia, el elenco de la capital francesa montó una fiesta en la previa del duelo ante el Niza en un Parque de los Príncipes completo.
Sobre la camiseta azul y blanca, el plantel (incluido el N° 30) lució una remera con su imagen y el premio sobre su cabeza, como un sol. El primer homenajeado fue el guardameta, quien se posicionó con su trofeo sobre un escenario, a espaldas de las gigantografías y de la línea de fuegos artificiales preparados para la ocasión. Tras su discurso, fue convocado el argentino, quien atravesó con su cuerpo una especie de túnel con su imagen para bañarse en la ovación.
“Este Balón de Oro es especial, por ser el primero en la ciudad, el primero en ganar con este club. Es un honor, ojalá esto ayude para ir a mejor y que este año cumplamos todos los objetivos con el París”, dijo el delantero, para recibir una nueva lluvia de cariño. La encargada de la presentación tomó el cierre de su discurso, la parte de los “objetivos”. Claro, el PSG jamás ganó la Champions League y es la gran misión que tiene por delante, además de mantener la cima de la Ligue 1, que la temporada pasada quedó para el Lille.
Luego, el rosarino les mostró a todos los aficionados el Balón de Oro. Y detrás atronaron los fuegos artificiales, que lo sorprendieron. De hecho, mientras bajaba de la tarima, se asustó por los estallidos y miró hacia atrás, para ver cuán lejos se encontraba el origen de los mismos.
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