La Organización Mundial de la Salud estableció que el uso de barbijo o tapabocas debe ser esencial en las ocasiones donde no se pueda respetar la distancia entre persona y persona.
En esta nueva actualización, la OMS modificó el protocolo sobre el uso del tapabocas dirigidas a los países que se están recuperando del paso del COVID-19.
Hasta ahora, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendaba el uso de barbijos y/o tapabocas al personal sanitario que atendía a personas potencialmente contaminadas, o que tenían tos o estornudos.
La nueva normativa es producto de «una revisión cuidadosa de toda la evidencia disponible y una amplia consulta con expertos internacionales y grupos de la sociedad civil».
Nuevo protocolo
Ahora, las mascarillas, tapabocas o barbijos, deben ser utilizados en los momentos donde no se pueden respetar los dos metros de distancia que se recomienda para no contagiarse.
Aunque la OMS modificó el protocolo sobre el uso del tapabocas, sostiene que no reemplaza el distanciamiento físico, la higiene de manos y otras medidas de salud recomendadas.
Mascarilla de Tela
La experta del Departamento de Emergencias Sanitarias de la OMS, April Beller, explicó a EFE que hay nuevas evidencias científicas (a partir de investigaciones de las universidades de Stanford y Colorado) sobre las máscaras de tela, los diversos materiales de los que puede estar hechas y el nivel de protección que confieren.
Los estudios relevaron cuáles son los materiales que pueden actuar como “barrera” a las microgotas que expelen las personas contaminadas cuando tosen o estornudan, y la manera en que deben combinarse para cumplir este cometido.
«si yo estoy infectada o tosiendo, todo entra en la máscara y no sale por otro lado, así que es una manera para proteger al resto de personas», comentó Beller.
La guía orientativa de la OMS recalca que no todas las máscaras de tela tienen la misma calidad de filtración, uno de las factores determinantes para su efectividad.
Los materiales para la fabricación de una mascarilla eficaz son: el polipropileno, el algodón y el poliéster, y la celulosa y la seda como últimas alternativas.
Agregó, “La distancia es la mejor prevención que existe. Si no es posible, ¿por qué la tela? Porque las mascarillas quirúrgicas deben ser guardadas para el personal sanitario”.
Una excepción debe ser hecha para las personas de más de 60 años o que padecen enfermedades crónicas, a quienes ahora la OMS también recomienda el uso de mascarillas médicas.
Materiales para las mascarillas
Beller explicó que lo ideal es combinar las telas y que la mascarilla tenga tres capas.
El material más absorbente (por ejemplo, el algodón) más cerca de la boca, lo que hará que, si se tose, las gotas de saliva se queden allí.
Por fuera debería ir el material más repele el agua, como el poliéster, mientras que como filtro (al medio) se podría utilizar el polipropileno, que es el material que se utiliza en las mascarillas quirúrgicas.
En muchos países las mascarillas más utilizadas son las de algodón hechas de manera artesanal.
Aunque “absorben mucho el agua, así que cuando se mojan hay que cambiarlas porque pueden estar contaminadas”, mencionó Beller.
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